Desde que se han ampliado en España el número de canales de televisión con la TDT, se han popularizado una serie de reallity shows norteamericanos que han abierto nuestras fronteras en cuanto a gastronomía se refiere (entre otras cosas). Hell’s kitchen, Cupcake wars o Man vs Food son algunos ejemplos, pero el que me hizo darle vueltas al coco fué Eat St. En este programa, James Cunningham recorre las diferentes ciudades americanas en busca de la mejor comida callejera. Y cuando digo comida callejera no me estoy refiriendo a patatas fritas y castañas, sino que hablo de hamburguesas gourmet, tacos mejicanos, cocina fusión, sandwiches maravillosos, incluso cocina de la más alta tradición francesa!! Sopas, sushi, pastelitos, ceviches, noodles y todo aquello que te puedas imaginar lo encuentras en USA rodando libremente por las calles. Igual que en USA, lo encuentras en Londres, París, Berlín o Bangkok.

Me dió mucha envidia y me planteé la posibilidad de montar un food truck, y entonces me di cuenta de que en España no se veían esas cosas.
Esto es porque, como muchos otros sinsentidos, los food trucks en España no están debidamente regulados. Más allá de los puestos de castañas y de churros, la comida callejera se regula por la normativa de aplicación a la venta ambulante, que en España es aplicada por los propios ayuntamientos y que además los restringe a lugares como mercadillos, ferias y eventos, no permitiendo que se muevan libremente.
Los food trucks forman parte de una revolución gastronómica que lleva una trayectoria imparable.
En España son varias las ciudades que se están sumando a esta tendencia, con el Festival Eat Street en Barcelona, Ñam CV en Valencia, Andalucía Pop Up en Málaga y Sevilla o MadrEat en Madrid. Y es que la comida callejera no es sólo una revolución socio-cultural, una nueva forma de entender la comida, sino que también es innovadora en términos económicos y empresariales, ya que permite que jóvenes chefs puedan darse a conocer y crear nuevas propuestas y fusiones gastronómicas de manera relativamente sencilla, ayuda a crear puestos de trabajo y ofrece a los restaurantes una nueva forma de darse a conocer, como nos demuestran el Restaurante Chirón o el Grupo Kabuki, (ambos con Estrellas Michelín), entre otros.

También existen ya asociaciones que luchan por la regularización del street food, como Street Food Madrid, que reúne desde chefs a blogueros o abogados para abrir esta nueva vía de negocio gastronómico que puede aportar una gran innovación en el sector.
En F&Ch nos declaramos auténticamente fans del Street Food y esperamos que pronto los camiones puedan rodar de verdad. Ayúdales firmando la petición.
Hola!
Pues yo voy a firmar pero YA, porque me parece una idea estupenda. Si permiten los horrorosos remolques de churros porque no dejan hacer esto? Hay cosas de este país que no se entienden…ale, voy firmando guapa, muy chulo el post!!
Gracias Maria Luisa!!! poquito a poco se hace camino 🙂